La tarde lluviosa se vuelve especialmente triste y un escalofrío recorre el cuerpo cuando llega la noticia de que Jorge ha muerto. Jorge Martín Amaya era abogado de prestigio, muy conocido por llevar casos penales en Ceuta, su tierra. Hacía poco nos habíamos visto de nuevo, después de mucho tiempo, y disfrutado enormemente del reencuentro con más amigos y compañeros. Jorge vino en barco, ilusionado, sin que le pesara el largo viaje hasta encontrarnos. Y, de repente, ayer, mientras corría, una parada cardiorrespiratoria ha hecho imposible cualquier otro encuentro – en este mundo, al menos -. Nunca entenderemos por qué la vida es tan cruel cuando le da por serlo, por qué la muerte despiadada se ha llevado de golpe a un tipo estupendo, por qué de pronto esta tarde de diciembre se nos ha quedado en el alma un hueco abierto, aunque en la orla y en nuestro recuerdo siempre lo seguiremos teniendo. Inevitablemente, miraremos atrás con nostalgia, a aquellos años felices de carrera en Granada…; también con una pena enorme y con rabia de que se haya ido tan corriendo. Pero, sin duda, con agradecimiento a la vida por haberlo tenido por compañero, porque Jorge era tan discreto y sencillo como bueno. Así lo recordaremos, y con la alegría de nuestro último encuentro… Lo vamos a echar terriblemente de menos cuando nos juntemos de nuevo y en el grupo de «Whatsapp» de la promoción, creado con tanta ilusión y esfuerzo. En el cielo será, cuando sea, querido compañero, el próximo reencuentro… Descansa en paz, Jorge. No vamos a olvidarte, ya pueda pasar el tiempo…
Tus compañeras/os de promoción.
JGN (4 de diciembre de 2019)



